lunes, 19 de septiembre de 2011

Mamá, sonrisas y concierto en el Sol

Mamá, el grupo liderado por José María Granados, tocaba en Madrid el viernes pasado. El lugar elegido el mítico Sol. También lo habían hecho el día anterior, señal de que la mancha de aceite se extiende, de que los años del matrimonio Granados y la discográfica Indiana van generando adictos. Sus magníficos discos en solitario de la ultima década y los dos grabados con los reunidos Mamá tienen la culpa.

Hace año y medio,en Madrid, en febrero de 2010 y en El Sol ya habían tocado los Mamá en lo que supuso su vuelta a los escenarios, esta vez parece que de forma definitiva. En el blog "¿Quien es Juan?" Juan Dominguez nos lo contó muy bien y lo tituló acertadamente "el concierto de la sonrisa".Yo no fuí aquella vez pero me quedé con la frase... y, sobre todo, con las ganas.

Pues bien, año y medio después allí estaba Mamá otra vez. Mismo escenario, mismos músicos arriba y , me atrevo a suponer, que alineación con pocos cambios entre el público.
Y volvieron a dar en el clavo, volvieron a hacer felices a los que fueron. Volvió a ser una vez más "el concierto de la sonrisa".
Sonrisas antes del concierto en la calle Jardines por la cantidad de amigos y amigos de amigos que nos juntamos, sonrisas de septiembre, de reencuentros, de vuelta al cole, de vuelta a la rutina, bendita rutina. Sonrisas al contar batallitas de los tiempos heróicos o quizás los tiempos heróicos sean éstos con tanta tragedia griega y primas de riesgo en la tele. Sonrisas al pedir minis en los bares de siempre y hasta disfrutar de una tapa de ensaladilla rusa que llevaba un par de noches esperando destinatario.

Ya en el concierto, sonrisa de los que tocaban por comprobar qué todavía están en forma y que hay vida fuera de los papeleos de Hacienda de la delegación de Guzmán el Bueno ( donde pasa las jornadas laborales el gran Granados) , sonrisa de felicidad de los que estábamos abajo por ver que un poquito de nostalgia de vez en cuando está muy bien y comprobar que berrear con amigos "nada más que lo mío, nada más estoy vacio" es bueno para la salud ( incluso mejor que hacer footing) y rejuvenece. Sonrisas al ver que esos acordes y esas estrofas que llevan metidas en nuestro adn desde hace casi 3 décadas! siguen estando ahí, sólo hace falta volverlas a oir para volver a sonreir. Sonrisas por sacar toda esa energia juvenil que teníamos "encerrada en el cuartito más pequeño ..." . Sonrisas por ver cómo unos tipos de cincuenta y pico años pueden hablar de niñas a las que se les pegó sudoroso el uniforme y de otras que 10 años!!!! atrás junto a su portal el primer beso a "ellos les dieron" sin que suene ridículo y ,sobre todo, sin que el Defensor del Menor les empapele. Sonrisas por ver cómo están y dónde se esconden todos aquellos que les llamaban babosos y como están ellos ... en una forma "irritante", más acelerados que hace 30 años haciendo un power pop energético y llevando la contraria al calendario. Sonrisas al ver que somos capaces al poco tiempo de tararear algunos de los estribillos adhesivos de sus nuevas canciones en la primera escucha. Sonrisas que se cruzan Granados, Carlos y Guti al comprobar el encanto de un puñado de canciones paridas en los albores de los 80, tantas veces cantadas y que han demostrado que tienen larga vida y no pierden un ápice de magia.
Sonrisas al comprobar que el repertorio coincide con el que cualquiera de sus fans hubiéramos elegido: prácticamente todo su primer lp,"el último bar" los maravillosos singles y eps anteriores ( desde "chicas de colegio a "nada más", "ya no volverás" y "mi perdido amor"), sólo "el nuevo color" para recordar áquel segundo lp que masacró el señor cobos y lo mejor de sus nuevas canciones.

Ya en la sala, sonrisas cuando la maravillosa Lola te pone los gintonics y las cervezas con la misma alegria que en los tiempos del Siroco de San Dimás, sonrisas cuando te cuenta sus planes de futuro al otro lado de la barra ( quiero ver esas fotos!). Sonrisas al saludar a Marcela, alma del local y la mejor sonrisa chilena de Madrid. Sonrisas al recordar esa escalera de película que tantas veces ha desafiado las leyes de la gravedad pero que siempre hemos bajado dignamente.

Sonrisas luego en El Costello por comprobar que en el Madrid lleno de cadenas de pizzas baratas y de putas baratas en cadena todo puede suceder al atravesar la puerta de un bar ... del último bar, deseando que tus amigos te suban a hombros,mientras no pensarán que tu solo querías ligarte a Vicky. Sonrisas al volver a casa calle Montera arriba, sabiendo que el único anacronismo fue cantar como un problema aquello de "regresas a casa a las 10" ahora que toca empezar a pelear con los horarios de los hijos.

Sonrisas pensando que el viernes dormiré en Bilbao.
Yo no te pido que me des razón, solo os pido que volváis a tocar pronto ...